Cuando el sargento llega al dormitorio, tres jóvenes reclutas deben demostrar una perfecta obediencia a su superior. Éste los inspecciona de pies a cabeza, así como sus camas. No está contento con las normas y quiere poner un poco de orden en este equipo de chicos descuidados. Es hora de darles una lección. Una orden y un soldado cae a sus pies, lamiendo sus botas de cuero. Saca su gruesa polla y el joven recluta se acerca a pasar su lengua por la polla vascular y se la chupa. ¡Todos se implican intentando complacer al exigente sargento aunque eso signifique perder la virginidad !
20 años, terso e imberbe: el becario se ha hecho rápidamente un nombre en la oficina. Hasta los más heterosexuales se quedan mirando su culo moldeado en sus pantalones de traje. Es como si hubiera nacido para que le pateen el culo. Un joven soldado del local no se resiste, lo agarra y lo desnuda. Alucina cuando descubre su pelota: una delicia total. El gatito no sólo tiene una piel suave y una cara bonita, sino que le encantan las pollas, chupa perfectamente y le encanta que lo limen a cuatro patas con sus calcetines negros puestos.