Pon a un semental rubio dominante con experiencia al que le gusta enseñar a recibir pollas a los más jóvenes, junto con un guapo jovencito al que le gusta complacer a un semental mayor y adivina lo que obtienes: un polvo impresionante lleno de química. Escucha los gemidos del chico y los gruñidos del semental, ¡estas señales no mienten!